En pleno barrio de Caballito, alguna vez existió una majestuosa residencia que llamaba la atención por su arquitectura elegante y su enigmática historia. Se trataba del Palacio Videla Dorna, una mansión que, a pesar de su imponente presencia, fue habitada solo por un breve período de tiempo y terminó siendo demolida en la década de 1920. Hoy, muy pocos conocen su historia, aunque su legado aún perdura en las calles del barrio y en los relatos de la ciudad.
Palacio Videla Dorna: una mansión en el corazón de Caballito
El Palacio Videla Dorna se encontraba sobre la actual calle Rivadavia 4929 (en su intersección con el actual pasaje Florencio Balcarce, que en ese momento no existía), en una zona que por aquel entonces comenzaba a poblarse con elegantes construcciones de la aristocracia porteña. Justo enfrente estaba la famosa quinta de la familia Lezica.
Fue construido a fines del siglo XIX por Gervasio Videla Dorna, abogado, político, estanciero y uno de los descendientes de una familia tradicional que había participado activamente en la historia argentina del siglo XIX. La mansión fue diseñada con un estilo que mezclaba rasgos italianizantes, franceses e ingleses, con amplias galerías, jardines y una arquitectura que combinaba comodidad y lujo. Sin embargo, lo curioso de su historia es que los propios dueños solo vivieron allí durante tres años. Luego de ese corto período, la familia decidió alquilar la propiedad, y nunca más volvió a habitarla. Los motivos de tal decisión aun hoy permanecen desconocidos, rodeando de misterio la historia del palacio.
¿Quién fue Gervasio Videla Dorna?
Gervasio Videla Dorna nació en 1831 en Buenos Aires. Fue nieto del coronel Juan Gervasio Videla, y ocupó diversos cargos públicos en su vida. Se destacó como diputado nacional, ministro de gobierno de la provincia de Buenos Aires y presidente del Banco Hipotecario Nacional.
Además, tuvo una activa participación en el ámbito agropecuario y fundó varios establecimientos rurales en la provincia de Buenos Aires. A pesar de su rol en la política y la economía, su nombre quedó vinculado también a esta enigmática residencia, que construyó como símbolo de estatus familiar.
La Escuela Naval y una etapa poco conocida
Durante algunos años, el palacio fue alquilado a distintas instituciones. Uno de sus inquilinos más importantes fue la Escuela Naval Argentina, que funcionó allí durante un breve período mientras se organizaba su sede definitiva.
Esa etapa no está muy documentada, pero dejó una marca en la historia de la educación naval del país. La escuela se había creado en 1872 y, en sus primeros años, cambió de sede en varias oportunidades. Llegó incluso a funcionar en la antigua residencia de Juan Manuel de Rosas, hasta que finalmente se estableció en Ensenada, donde aun funciona. El paso por el Palacio Videla Dorna fue parte de esa etapa itinerante.
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La demolición del Palacio Videla Dorna y un nuevo capítulo
Con el correr de los años, el entorno urbano de Caballito fue cambiando y la mansión comenzó a quedar rodeada de un paisaje cada vez más urbano. Era un contexto muy diferente al momento en que fue construido, en el que primaban las casas quintas. En la década de 1920, el palacio fue demolido por completo y en su lugar se construyeron casas y una calle angosta de solo 100 metros de longitud. Este pasaje, llamado Florencio Balcarce, también tiene una historia interesante. Fue hogar de muchos artistas de las letras, por lo que también se lo conoce como el "Pasaje de los Escritores", que todavía puede visitarse y guarda algunos detalles que recuerdan su pasado aristocrático.
El terreno fue loteado y vendido para la construcción de viviendas. De la vieja casona no quedó ningún rastro físico, salvo algunas fotos en blanco y negro. También persisten los testimonios orales de quienes aún recuerdan los relatos de sus abuelos sobre “la gran casona de la calle Rosario”.
En el mismo lugar donde estaba emplazado el Palacio Videla Dorna actualmente está emplazado el famoso bar El coleccionista, que recibe a los innumerables aficionados que se reúnen en el Parque Rivadavia a intercambiar figuritas, estampillas y otros hobbies
Una historia casi olvidada, pero presente en las calles
Hoy, caminar por esa zona de Caballito no revela a simple vista que allí existió un palacio. Pero su historia forma parte del patrimonio invisible de la ciudad: ese que no se ve, pero que puede conocerse a través de la memoria, la investigación y el interés por descubrir cómo era Buenos Aires en otras épocas.
El caso del Palacio Videla Dorna es uno de muchos en los que la ciudad transformó su paisaje urbano perdiendo parte de su historia arquitectónica. Por eso, cada vez que se recupera una historia como esta, también se recupera una parte de nuestra identidad cultural.
Fotos de época: así era el Palacio Videla Dorna



