Ubicada en el centro histórico de Marrakech, Marruecos, la plaza de Yamaa el Fna no es una plaza común. Es un escenario al aire libre donde cada día cobra vida una tradición milenaria de encuentro, comercio y expresión cultural. Declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2008, este espacio público ha sido, durante siglos, el punto de reunión de narradores, músicos, encantadores de serpientes, acróbatas y comerciantes.
La plaza existe desde el siglo XI y su nombre significa "plaza de la reunión". Allí, el tiempo parece detenerse entre los sonidos de los tambores, el aroma a especias y la algarabía de miles de personas que la recorren a diario. Es, además, uno de los principales puntos turísticos de Marrakech y una ventana al alma de la cultura marroquí.
Por qué la plaza de Yamaa el Fna es tan especial
Lo que hace única a esta plaza no es solo su historia, sino la vitalidad con la que se sostiene en el presente. A diferencia de otros patrimonios que se conservan en museos, la plaza de Yamaa el Fna es un espacio vivo, donde el patrimonio se transmite oralmente, se escucha en los cuentos tradicionales y se percibe en la interacción constante de sus protagonistas.
Allí se mezclan las culturas rurales y urbanas, y conviven generaciones de artistas populares que comparten sus saberes. Además, es un punto de interés gastronómico, con decenas de puestos donde se pueden probar platos típicos como el tajine, el cuscús o los caracoles al estilo marroquí.
Algunos datos curiosos:
- En 2001, la UNESCO reconoció por primera vez su importancia como patrimonio oral e inmaterial.
- Su declaración formal como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad llegó en 2008.
- Se encuentra frente a la famosa mezquita Kutubía, otro emblema de Marrakech.
Visitar la plaza de Yamaa el Fna es mucho más que recorrer un lugar turístico: es sumergirse en siglos de tradición y vivir una experiencia que solo es posible comprender estando allí.
