Alvar Aalto, el arquitecto con una imaginación inagotable - Billiken
 

Alvar Aalto, el arquitecto con una imaginación inagotable

Fue un arquitecto finlandés que se destacó por diseñar objetos de la vida cotidiana y cuyos edificios se caracterizan por la originalidad. En esta nota, Billiken te cuenta acerca de su obra.
+ Interesante
+ Interesante

Alvar Aalto fue un arquitecto finlandés que se destacó por diseñar objetos de la vida cotidiana. Nació en 1898 y falleció en 1976. Una de sus grandes obras es la Universidad Politécnica de Helsinki, capital de Finlandia.

Uno de sus diseños más icónicos fue una silla. Incluso fue la primera silla autoportante que se inventó. Este tipo de sillas se caracterizan por resistir cualquier peso y se puede apilar una sobre la otra.

Pero no acabó allí. Mientras dibujaba casas, edificios, iglesias y bibliotecas, se le ocurrió el diseño de un jarrón al que llamó Jarrón Savoy y tiene unas formas onduladas muy bellas, como si fueran las olas marinas. Lo presentó en la Exposición Universal de París de 1937 y fue un éxito tremendo. Tanto que hoy en día forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Aalto tenía un método de trabajo muy particular, basado en la libertad creativa. Primero se compenetraba de todos los requisitos que debía cumplir el proyecto: ordenanzas municipales, materiales, paisaje, etcétera. Después dejaba aquello a un lado y se ponía a imaginar con libertad la obra haciendo trazos y trazos sobre una hoja, hasta que daba con uno que le gustaba. Luego hacía el plano definitivo, pero lo modificaba con libertad varias veces si le surgían ideas mejores.

Cuando le encargaron el proyecto del sanatorio de la ciudad de Paimio, en Finlandia, lo tomó como un verdadero desafío. Es un sanatorio para personas con problemas respiratorios. Entonces previó que el ala de pacientes dispusiera de terrazas para que estos pudieran tomar aire. Y no solo eso: volvió a diseñar una silla. En este caso una muy especial, cuyo ángulo facilita la respiración. También diseñó tumbonas de acero para los pacientes. Y viviendas para los médicos, cada una con una terraza con jardín.

Aalto era un artista y eso se comprueba en todas sus obras, donde siempre hay un toque especial. A veces es un detalle de orientación, otras un recurso decorativo. En los Estados Unidos, por ejemplo, construyó una residencia de estudiantes para el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Allí curvó la fachada de manera que todas las habitaciones tuvieran vista al río, pero no todas del mismo modo: mientras unas miran río arriba, otras lo hacen río abajo. En su país diseñó una biblioteca cuya característica principal es el techo ondulado de su salón de actos. Todo construido en madera, es un plano continuo y plegado que da la sensación de alargar el espacio.

En Bremen, Alemania, proyectó un edificio con forma de abanico. Al hacerlo así posibilitó que cada departamento sea distinto sin alterar la uniformidad de la fachada. Además, la disposición en abanico acorta las comunicaciones, evitando así los largos pasillos

En Finlandia se otorga cada cinco años el Premio Alvar Aalto al mejor arquitecto del país.

También te puede interesar: Le Corbusier, uno de los principales representantes de la arquitectura moderna

Más Billiken

    Vínculo copiado al portapapeles.

    3/9

    Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

    Ant Sig