Érase una vez un lugar muy lejano donde las personas vivían sin conexión a Internet. Aunque parezca mentira, era un mundo sin computadoras ni nada que se le pareciera. ¿Diferente al de ahora? Bastante. Nadie podía tener dos mil amigos, sino diez o veinte, como mucho. Y el único muro donde se dejaban mensajes era la pared de al lado de casa... ¿Aburrido? Para nada. Se jugaba mucho, pero con juguetes o corriendo detrás de una pelota. Y la única pantalla que se miraba fijamente era la de la tele. Para estudiar, no quedaba más remedio que agarrar los libros, que a veces mordían un poquito.
Ni chat, ni celular, cartas ¡manuscritas!
Sin compu no se podía chatear. Entonces, si se le quería contar algo a alguien que vivía lejos, y que no tenía teléfono, había que escribirle una carta. Luego meterla en un sobre, pegarle una estampilla y depositarla en el buzón de la esquina. Y esperar por la respuesta unas dos o tres semanas. Parece mucho tiempo, ¿no?
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Música para volar
El único que podía “bajar” música era el vendedor de discos. Y no lo hacía de la web, sino del mueble donde estaban los acetatos y los casetes que le habíamos pedido. Y que luego escuchábamos en casa o caminando por la calle, con el walkman, ya que todavía no se había inventado el MP3. Y como tampoco estaba YouTube, para mirar el video-clip que tanto nos gustaba había que esperar que lo pasaran en la televisión.
Si no existe Google ¿dónde buscamos?
La palabra “buscar” signicaba ir al diccionario o a la biblioteca del barrio, con o sin lluvia, detrás del dato que nos habían pedido en el colegio. ¡No existía Google! Y para pasar el trabajo en limpio se recurría a esas viejas y pesadas máquinas de escribir, donde si uno se equivocaba de tecla... ¡zas!... el trabajo quedaba arruinado. ¿Entonces? Había que tirar la hoja y empezar de nuevo.
Ya nada es lo mismo
No se decía “tenés un mail”, sino “llegó el cartero”. La palabra “chat” solo quería decir “gato” en francés. El mouse más conocido era el ratón Mickey. Los dibujitos animados se hacían a mano, uno a uno. Sin Photoshop no había cara que tuviera arreglo. La banda ancha era un elástico para el cabello.