Ocurrió durante una madrugada de invierno y despertó a miles de personas que descansaban en todas las ciudades y localidades cercanas al Río de la Plata.
A diferencia de otras ciudades del mundo, Buenos Aires prácticamente no ha experimentado temblores. Sin embargo, su terremoto más violento aún resalta en los libros de historia.
Este movimiento de placas inesperado, que se produjo cuando entró en actividad la falla del Río de la Plata, ocurrió de madrugada y solo produjo daños materiales.
De todas formas, la gran mayoría de las personas que vivían en Buenos Aires, así como también en la capital uruguaya, Montevideo, pasaron la noche despiertas, con miedo a que ocurra una réplica más intensa.
El terremoto más grande que experimentó la ciudad de Buenos Aires sucedió a las 20 minutos después de la medianoche, del 5 de junio de 1888. Es decir, hace casi 136 años.
Según los estudios realizados, su magnitud fue de 5,5 grados en la escala de Richter, duró 58 segundos e inició a 30 kilómetros de profundidad, bajo el lecho del Río de la Plata, a 15 kilómetros de Colonia del Sacramento, Uruguay, y a 41 kilómetros de Buenos Aires.
Y, a pesar de que existen registros más antiguos de otros terremotos que afectaron a todas las ciudades mencionadas en el siglo XIX, ninguno tuvo la misma intensidad que el de 1888.
A diferencia del paisaje actual, Buenos Aires tenía muy pocas construcciones de altura hace 136 años. Como referencia, su primer rascacielos (el Edificio La Prensa, de 55 metros de altura), recién se inauguró en 1909.
Es por eso que el terremoto más violento de su historia solo provocó daños leves a nivel doméstico, como muebles caídos y platos rotos. El hecho más grave fue el derrumbe de algunas paredes de la iglesia de la Piedad, que estaba en mantenimiento.
Si bien Buenos Aires tiene muy pocos terremotos, nunca deja de estar expuesta a fenómenos de estas características. Un claro ejemplo es el temblor más reciente, que sorprendió a millones de personas el 30 de noviembre de 2018.
En este caso, la intensidad fue de 3,8 grados en la escala de Richter y el epicentro se detectó a 32 kilómetros al sur de la ciudad de Buenos Aires y a 25 kilómetros de profundidad.
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