La historia de la aviación es muy extensa, ya que desde tiempos inmemorables, cientos de personas han trabajado en crear y perfeccionar las aeronaves del mundo. Sin embargo, al momento de intentar rastrear el primer vuelo de la historia, todos los resultados apuntan a la misma persona: Diego Marín Aguilera.
Aguilera fue un inventor español, nacido en la pequeña localidad de Coruña del Conde, que estudió durante años el vuelo de las aves que recorrían los campos donde trabajaba.
Es por eso que, tras un largo proceso de fabricación, construyó un artefacto volador muy llamativo, con el que realizó el primer vuelo de la historia, el 15 de mayo de 1793. Y, aunque hoy es recordado como un pionero, en el momento de su hazaña, sus vecinos opinaron todo lo contrario.
¿Quién fue Diego Marín Aguilera?
Diego Marín Aguilera fue un joven español, hijo de agricultores y ganaderos, que sufrió el fallecimiento de su padre a muy temprana edad y, automáticamente, tuvo la responsabilidad de sostener económicamente a su madre y a sus siete hermanos.
De esta manera, con los conocimientos que había adquirido hasta el momento, se enfocó en realizar numerosos inventos que le permitan una mejor calidad de vida laboral a quienes trabajaban en el campo.
Es por eso que, con su ingenio, creó un objeto que permitía un funcionamiento más eficaz de los molinos de viento, así como también elementos que facilitaban el uso de los molinos de agua, los batanes y el trabajo sobre piedras valiosas como el mármol, por ejemplo.
Pero, al mismo tiempo que cumplía con estas labores, también se permitía observar el vuelo de las aves sobre los campos. Así, en un abrir y cerrar de ojos, apareció en su mente la idea de qué necesitaban los humanos para poder volar.
¿Cómo realizó Diego Marín Aguilera el primer vuelo de la historia?
En su misión por crear un objeto más pesado que el aire, que a su vez pudiera trasladar a una persona y volar, Aguilera primero se enfocó en estudiar cómo las aves posicionaban sus alas para despegar y permanecer en el aire.
De esta manera, se esforzó para conseguir plumas de águilas y buitres, que también analizó en detalle.
Luego, el siguiente paso fue construir, con ayuda de un herrero de Coruña del Conde, un armazón, con articulaciones de hierro que permitían un movimiento de abanico y un estribo para sus pies; al que, finalmente, le colocó las plumas recolectadas.
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De esta manera, luego de seis años de esfuerzos, Aguilera se trasladó hasta el castillo del pueblo con su pieza metálica y, durante la noche del 15 de mayo de 1793, se lanzó.
Para sorpresa de muchas personas, que pensaban que se iba a accidentar en cuestión de segundos, el inventor hizo un viaje de 360 metros de extensión, a una altura de aproximadamente 4 metros.
Tras la experiencia, el español aterrizó con éxito, luego de detectar que uno de los pernos, mediante la cual podía mover las alas de su estructura, sufrió una avería.
¿Qué sucedió con la aeronave que construyó Aguilera?
Aunque Diego Marín Aguilera lo desconocía, aquella noche de mayo concretó el primer vuelo de la historia. Y, aunque él estaba muy a gusto con la hazaña, nunca más la repitió, por culpa de sus vecinos.
Sucede que, cuando la población local se enteró del recorrido aéreo de Aguilera, se reunió para encontrar el armazón que le permitió hacer el recorrido e inmediatamente lo incendiaron, con el fin de evitar que lo intente de nuevo y se accidente o, en el peor de los casos, lastime a otra persona.
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Lamentablemente, el español no pudo construir otra pieza similar o mejor, porque falleció seis años después, con tan solo 44 años.
