La mayoría de los aviones que realizan vuelos comerciales son blancos. No es una mera decisión estética ni tiene que ver con una preferencia personal.
Principalmente cuatro factores dotan a los aviones de su característico color blanco. Cada uno de ellos aporta un mayor nivel de seguridad a cada viaje.
El color blanco y las cosas que pone en evidencia
El blanco es un color que hace más fácil la detección de abolladuras, grietas y cualquier otro tipo de daño en el exterior de la aeronave. También evidencia eventuales manchas de combustible, aceite y otros desperfectos, cuyo chequeo es crucial durante las sesiones de mantenimiento.
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No solo muestra sus defectos sino que también se muestra a sí mismo: la segunda razón para usar este tono es que el blanco tiene mayor visibilidad que los demás colores, algo que es especialmente importante al volar en condiciones climáticas complejas. Ayuda a pilotos y aves a distinguir con facilidad los aviones y no chocarse con ellos.
Una tercera razón para usar el blanco es que, comparado con otros colores, es el más barato. No solo eso sino que requiere menos capas de pintura y, una vez seca, tarda más en estropearse. Aguanta más que otros colores y no suma tanto peso a la nave como otras gamas.
¿Pueden sobrecalentarse los aviones?
Los aviones pueden sobrecalentarse. La elección del color blanco también tiene que ver justamente con la eficiencia térmica, ya que refleja los rayos del sol e impide que el avión absorba calor en exceso.
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Esto es sumamente importante porque los materiales de los que está hecho un avión se expanden y contraen según la temperatura. La cuarta razón para elegirlo es que el blanco minimiza la absorción de calor, reduce la expansión y contracción, lo que a su vez prolonga la vida útil de la aeronave.