La Chaya riojana se celebra del 1 al 28 de febrero, en Chilecito, situado en el Valle Antinaco-Los Colorados. Se trata de un carnaval ancestral que con música, corsos barriales, carrozas, comparsas, disfraces, harina y albahaca, reúne al pueblo riojano. La celebración culmina con la elección de la reina del Carnaval.
¿Qué cuenta la leyenda de la Chaya riojana?
Según las creencias populares, Chaya, una joven muy bella, se enamoró perdidamente de Pujllay, otro joven pícaro. Como su amor no fue correspondido, decidió internarse en un bosque a llorar y nunca más volvieron a verla.
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Pujllay la buscó por todo el monte porque se sintió responsable de su desaparición, pero no logró encontrarla. Terminó ahogando su soledad en chicha. Debido a su estado de ebriedad, cayó en un fogón y murió quemado.
La leyenda cuenta que cada febrero, regresa a su tribu junto a Quilla, la Diosa Luna, en forma de rocío para apagar el fuego de Pujllay. Cabe destacar que todo lo que esté relacionado al agua, simboliza la vida.
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Al terminar el festejo, se lo entierra hasta el año siguiente, para que vuelva a iniciarse el ciclo de vida.
Más acerca de su historia
Se trata de un festejo pagano que une las tradiciones carnavalescas de los conquistadores europeos con las celebraciones por las buenas cosechas y el agradecimiento a la Pachamama de los pueblos originarios. En la región, los Diaguitas fueron quienes comenzaron con esta tradición.
La palabra chaya proviene del quechua y significa rociar o mojar. Pujllay significa jugar, retozar, divertirse.