¿Sabías que el primer largometraje animado del mundo fue creación de un argentino? - Billiken
 

¿Sabías que el primer largometraje animado del mundo fue creación de un argentino?

Se trató del film El Apóstol del año 1917. En esta nota, Billiken te cuenta quién fue este italiano nacionalizado argentino que fue pionero en la animación.

Argentina fue pionera en muchos campos y varios desarrollos que cambiaron la historia fueron obra de argentinos, como la birome, los colectivos y el bypass. En el rubro de las películas, el primer largometraje animado de la historia fue obra de un argentino.

Se trató del film El Apóstol del año 1917, escrito y dirigido por Federico Valle, con dibujos hechos a mano de Quirino Cristiani. La cinta, sin sonido, tenía una duración de 70 minutos y requirió 58 mil dibujos. Además, se utilizaron maquetas de edificios públicos como el Congreso Nacional, la Aduana de Buenos Aires y el de Obras Sanitarias de la Nación. En clave de sátira política, mostraba a un Hipólito Yrigoyen que vuela al cielo y, desde ahí, tira rayos sobre Buenos Aires para limpiarla de la corrupción y la inmoralidad.

Primer largometraje

Quién fue Quirino Cristiani

Quirino Cristiani nació en Italia en 1896 y se nacionalizó argentino. Con tan solo cuatro años llegó a Argentina de la mano de sus padres, quienes buscaban un futuro mejor para la familia. Ya en su adolescencia, Quirino se mostró interesado en los dibujos. Incluso, se escapaba de la escuela para tomar clases de dibujo con maestros particulares. Más tarde, realizó un curso en la Academia de Bellas Artes y al poco tiempo comenzó a trabajar haciendo caricaturas para distintos diarios, en una época donde la sátira política era habitual.

En 1916, Cristiani fue contratado por Federico Valle, quien poseía un estudio cinematográfico en Buenos Aires para dibujar caricaturas e incluirlas en sus películas informativas de cortometraje. Pero Valle no quería imágenes fijas en las filmaciones, por lo que el flamante empleado tuvo que idear una manera de darle movimiento a los dibujos. Así es que pudo desarrollar, un año más tarde, el primer largometraje animado del mundo.

Quirino Cristiani

Su segundo largometraje

En 1918, Cristiani llevó a cabo un segundo largometraje animado titulado Sin dejar rastros, que refería al hundimiento de un buque mercante argentino por parte de un submarino alemán en el contexto de la Primera Guerra Mundial. El hecho provocó distintas repercusiones ya que Argentina había declarado la neutralidad en el conflicto bélico. En esta coyuntura compleja, la película duró un solo día en cartelera y no tuvo una buena aceptación por la opinión pública. Además, fue confiscada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, que no quería una confrontación contra Alemania.

Un proyecto innovador

Luego de este fallido estreno de su segundo film, Cristiani volvió a su primera labor: dibujar historietas y caricaturas para distintos periódicos. Al mismo tiempo, comenzó un proyecto nuevo que consistía en proyectar películas al aire libre en aquellos barrios de la ciudad que no tuvieran una sala de cine. Sin embargo, el Public-Cine fue clausurado por las autoridades porque consideraban que esta iniciativa interrumpía el tráfico.

Primer largometraje de animación sonoro

Hacia 1927 la empresa cinematográfica estadounidense Metro-Goldwyn-Mayer lo contrató como director de publicidad de la filial argentina. Paralelamente, Cristiani fue formando su propio estudio, Cristiani Studios. Cuatro años después, estrenó el que sería el primer largometraje de animación sonoro, titulado Peludópolis, que también tenía como protagonista a Yrigoyen.

Primer largometraje

Su contacto con Walt Disney y los últimos años

Era tan bueno el trabajo de Cristiani que el propio Walt Disney le ofreció trabajo en sus estudios de los Estados Unidos cuando lo conoció en el marco del estreno de la película Fantasía en Argentina. Sin embargo, el creador de El Apostol rechazó la oferta porque su laboratorio se había convertido en uno de los más importantes de Argentina.

Lamentablemente, hubo dos incendios en 1957 y 1961 que destruyeron todas sus películas, con las únicas excepciones de El mono relojero, Los que ligan y Firpo-Dempsey, que se conservan en la actualidad.

Después del incendio, Cristiani se retiró y fue olvidado por un largo período, hasta que a principio de los años ochenta se le rindieron homenajes tanto en Argentina como en Italia. Murió en su casa, en la ciudad de Bernal, Argentina, el 2 de agosto de 1984.

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