Desde hace varios años, distintos sectores científicos y educativos plantean que el horario oficial de Argentina no se adapta bien a su ubicación geográfica. Si bien el país se encuentra dentro del huso horario UTC-4, en la práctica utiliza el UTC-3 durante todo el año. Esta diferencia puede parecer menor, pero, según estudios recientes, puede generar efectos negativos en la salud y el rendimiento de las personas.
El debate no es nuevo y tampoco es exclusivo de nuestro país: en muchas partes del mundo se está revisando la relación entre la hora oficial, el ciclo de luz solar y la calidad de vida. Pero en el caso de Argentina, hay un detalle clave: la adopción permanente de un huso horario adelantado genera un “jet lag social” que afecta especialmente a niños, niñas y adolescentes.
¿Qué es un huso horario?
Un huso horario es una región del planeta que comparte la misma hora estándar. Estas franjas se establecen según la rotación de la Tierra y la posición respecto al meridiano de Greenwich, que se toma como referencia universal (UTC). Por ejemplo, UTC-3 significa que la hora está tres horas por detrás del horario del meridiano de Greenwich.

El sistema de husos busca que el mediodía (cuando el Sol está en su punto más alto) ocurra aproximadamente a las 12 del reloj. Pero en Argentina, sobre todo en invierno, esto no sucede: el amanecer es muy tardío, la salida del sol puede ocurrir después de las 8 de la mañana en muchas provincias, y esto tiene consecuencias en los hábitos y la salud.
Breve historia del huso horario en Argentina
Argentina adoptó oficialmente el sistema de husos horarios en 1920, cuando se estableció por decreto el uso de la hora estándar nacional, correspondiente al meridiano 60° Oeste (UTC-4). Esta decisión buscaba unificar el horario en todo el país, que hasta entonces se regía por horarios locales en cada región.
A lo largo del siglo XX, el país aplicó cambios estacionales de hora —el llamado “horario de verano”— con el objetivo de ahorrar energía, especialmente en momentos de crisis energética. Sin embargo, la aplicación de este cambio no fue constante: hubo años en que se implementó y otros en que se suspendió. Finalmente, en 2009, Argentina abandonó el uso del horario de verano y adoptó de forma permanente el huso UTC-3, adelantado una hora respecto del horario solar natural.

¿Cuándo fue la última vez que Argentina cambió la hora?
Hasta 2009, Argentina solía cambiar su hora oficial en verano para aprovechar más la luz solar. Esta práctica, conocida como "horario de verano", consistía en adelantar una hora los relojes entre octubre y marzo. El último cambio fue el 14 de marzo de 2009, cuando se volvió al horario estándar luego de la temporada estival.
A partir de ese año, el país abandonó el horario de verano y adoptó de manera permanente el huso horario UTC-3, una medida que inicialmente se tomó por cuestiones de ahorro energético, pero que hoy está siendo cuestionada desde la ciencia.