Durante seis años, entre 1878 y 1884, la Patagonia fue organizada como una única unidad administrativa bajo el nombre de Gobernación de la Patagonia. Se trataba de un territorio inmenso, con límites aún poco definidos, que abarcaba una gran parte del sur argentino.
¿Por qué se creó esta gobernación? La decisión respondió a una necesidad política y estratégica del Estado nacional. A fines del siglo XIX, la Argentina estaba en pleno proceso de organización y expansión territorial.
El momento previo a la creación de la Gobernación de la Patagonia
Para consolidar su control, el Estado argentino impulsó una serie de campañas militares en el sur del país, entre ellas la conocida como Conquista del Desierto. Esta ofensiva, liderada por el general Julio Argentino Roca, tuvo como fin avanzar sobre los territorios habitados por pueblos originarios.
Si bien fue presentada como una misión de expansión y progreso, en realidad implicó el desplazamiento, sometimiento y exterminio de comunidades indígenas que habitaban la región patagónica desde tiempos ancestrales. Este proceso dejó marcas profundas en la historia y la memoria del país.
¿Cómo se reorganizó la Patagonia en 1884?
El momento clave llegó en 1884 con la sanción de la Ley Nº1.532, conocida como Ley de Territorios Nacionales. Esta normativa dividió el territorio patagónico en nuevas unidades administrativas, conocidas como gobernaciones nacionales.
A partir de ese momento, la antigua Gobernación de la Patagonia dejó de existir. De esta reorganización nacieron los Territorios Nacionales de:
- Neuquén,
- Río Negro,
- Chubut,
- Santa Cruz,
- Tierra del Fuego.
Del mapa original a las provincias actuales
Con el tiempo, esos territorios nacionales se convirtieron en provincias argentinas, aunque el proceso fue gradual, ya que duró casi todo el siglo XX. Los años más importantes fueron los del medio y los del fin de siglo:
- En 1951, Chubut y Santa Cruz se convirtieron oficialmente en provincias.
- En 1955, Río Negro y Neuquén alcanzaron el mismo estatus.
- En 1990, Tierra del Fuego fue la última en obtener la categoría de provincia.
Esta transformación respondió a una necesidad concreta del Estado nacional: avanzar en la federalización del país. A medida que los territorios crecían en población, infraestructura y actividad económica, se volvía fundamental garantizarles representación política plena.
Convertirlos en provincias significó que pudieran elegir sus propias autoridades, tener constituciones locales y contar con voz y voto en el Congreso de la Nación. Así, la integración de la Patagonia al sistema federal argentino se volvió más equitativa y democrática.
