Nacido el 5 de noviembre de 1877 en Buenos Aires, Aarón de Anchorena fue miembro de una de las familias más influyentes del país. Desde muy joven mostró una curiosidad incansable por el deporte y la naturaleza.
Amante del automovilismo, participó en 1901 de la primera carrera de autos realizada en Buenos Aires y se consagró como ganador al mando de un Panhard Levassor. Pero su pasión más duradera sería la aviación, una disciplina que recién comenzaba a despertar el interés mundial.
En 1905, durante su estancia en Francia como secretario de la Legación Argentina, conoció al aviador brasileño Alberto Santos Dumont, una de las figuras más destacadas del vuelo en globo. Esa experiencia marcó un antes y un después.
Sin tardar mucho, Anchorena se asoció al Aero Club de Francia, donde recibió instrucción del piloto Paul Tissandier y obtuvo su licencia como piloto de globo aerostático, una credencial que lo colocó entre los pioneros de esta actividad en Sudamérica.
Aarón de Anchorena y el primer cruce aéreo del Río de la Plata

De regreso en Argentina, en 1907, Aarón Félix Martín de Anchorena Castellanos –su nombre completo– trajo consigo un globo aerostático de 1.200 metros cúbicos fabricado en Francia por la misma empresa que producía los que utilizaba Santos Dumont.
Lo bautizó "Pampero", y con él protagonizó uno de los hitos más recordados de la aviación nacional. El 25 de diciembre de 1907, acompañado por el ingeniero Jorge Newbery, despegó desde la Sociedad Sportiva Argentina (actual Campo de Polo de Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires) y cruzó el Río de la Plata hasta aterrizar en Conchillas, Uruguay.

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Aquel vuelo duró alrededor de dos horas y se convirtió en el primer cruce aéreo entre Argentina y Uruguay. Fue un acontecimiento histórico que marcó el nacimiento de la aviación civil argentina, y sentó las bases para el desarrollo de una nueva era del transporte.

Poco después, en 1908, Anchorena participó en la fundación del Aero Club Argentino, la primera institución aeronáutica del país y una de las tres más antiguas del mundo, que luego presidió. Entre sus múltiples contribuciones, se destacan:
- La promoción de la aviación civil y deportiva en Argentina.
- La creación de espacios de formación e investigación aeronáutica.
- El impulso a la aviación comercial a través de proyectos empresariales, como la Sociedad Rioplatense de Aviación.
Anchorena y su vida en Uruguay

En Uruguay, donde se estableció tras su etapa como aviador, Aarón de Anchorena adquirió una extensa propiedad en la desembocadura del río San Juan, en Colonia. Allí mandó construir una residencia de estilo normando con un imponente parque diseñado por el paisajista alemán Hermann Bötrich.
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En su estancia convivían especies de árboles traídas de distintos continentes y animales exóticos como ciervos y jabalíes. Con más de 300 empleados, el lugar se convirtió en un importante centro productivo y social, además de un espacio de conservación natural.
A su muerte, en 1965, Aarón de Anchorena legó su propiedad al Estado uruguayo, que hoy funciona como residencia presidencial y parque público. En Argentina se lo declaró Precursor de la Aeronáutica Argentina y en su homenaje se celebra, cada 5 de noviembre, el Día Nacional de la Aviación Civil.