Roberto Fontanarrosa, conocido como "el Negro” Fontanarrosa es uno de los escritores más queridos y recordados de la Argentina. Nacido en Rosario en 1944, supo combinar literatura, humor gráfico y fútbol en una obra que sigue siendo parte de la vida cultural del país. Su legado atraviesa generaciones y lo posiciona como un narrador del alma argentina.
Los comienzos del escritor
Fontanarrosa creció en Rosario, donde desde joven mostró interés por el dibujo y la escritura. Conocido como “El Negro”, comenzó a trabajar en medios locales y luego logró gran popularidad con sus historietas, que combinaban humor, sátira y personajes entrañables.
Entre los más recordados se encuentran Boogie, el Aceitoso —un mercenario de humor negro y mirada cínica— y Inodoro Pereyra, el gaucho solitario acompañado de su perro Mendieta, que parodiaba con ternura y picardía la vida en el campo argentino.
Roberto Fontanarrosa y su pasión por la literatura
Además de ser un gran humorista gráfico, se destacó como narrador. Escribió cuentos y novelas que lo consolidaron como una de las voces más originales de la literatura argentina contemporánea.
Su estilo se caracterizó por la cercanía con el habla popular y un ingenio capaz de transformar lo cotidiano en extraordinario. Obras como El mundo ha vivido equivocado y La mesa de los galanes son ejemplos claros de su capacidad para retratar con humor y sensibilidad la idiosincrasia local.
Legado y últimas obras de Roberto Fontanarrosa
En 2003 le diagnosticaron esclerosis lateral amiotrófica (ELA), enfermedad que no le impidió seguir escribiendo y participando en la vida cultural. Falleció en 2007 en su Rosario natal, dejando un vacío enorme en la literatura y en el humor gráfico.
A lo largo de su carrera:
- Publicó más de 15 libros de cuentos y novelas.
- Creó personajes icónicos como Inodoro Pereyra y Boogie, el Aceitoso.
- Fue reconocido por la Real Academia Española, que aceptó uno de sus discursos sobre el uso del lenguaje popular.
Su obra sigue viva en libros, historietas y adaptaciones teatrales, y su figura continúa siendo homenajeada en el Paseo de la Historieta en Buenos Aires y en su ciudad natal.