Aunque no lo notamos, cada vez que miramos una fecha estamos usando una herramienta que lleva siglos organizando la vida en el planeta: el calendario gregoriano. Pero, ¿de dónde viene este sistema? ¿Por qué se llama así? Y, lo más curioso: ¿sabías que no siempre fue el calendario que usó la humanidad?
¿Quién creó el calendario gregoriano?
El calendario que usamos hoy fue introducido en 1582 por el papa Gregorio XIII, y de ahí viene su nombre. Su objetivo era corregir algunos errores del calendario juliano, que había sido impuesto por Julio César más de 1500 años antes. Con el paso del tiempo, ese sistema se había desfasado con respecto al ciclo real de la Tierra alrededor del Sol, acumulando varios días de diferencia.
El calendario gregoriano ajustó ese error, eliminando 10 días del año 1582 y estableciendo una nueva regla para los años bisiestos, para que la duración media del año fuera más precisa. Así, se logró que la primavera volviera a comenzar más o menos el 21 de marzo, como debía ser.
¿Qué diferencia hay entre el calendario juliano y el gregoriano?
El calendario juliano sumaba un día extra cada cuatro años sin excepción. El gregoriano, en cambio, incorporó una regla más precisa: los años divisibles por 100 no son bisiestos, salvo que también sean divisibles por 400. Por eso, por ejemplo, el año 2000 fue bisiesto, pero el año 1900 no lo fue.
Este cambio parece pequeño, pero permitió que el calendario se mantuviera más alineado con las estaciones, algo clave en una época en la que la agricultura dependía del clima.
¿Cuándo y dónde empezó a usarse el calendario gregoriano?
Al principio, no todos los países aceptaron el nuevo calendario. Los primeros en adoptarlo fueron los países católicos, como España, Italia y Portugal. En cambio, Inglaterra y sus colonias (incluidas las que luego serían Estados Unidos) lo implementaron recién en 1752. Rusia lo adoptó en 1918 y Grecia, en 1923.
Hoy, el calendario gregoriano es el más usado en todo el mundo, tanto en la vida cotidiana como en los sistemas internacionales. Aunque hay otras culturas que conservan sus propios calendarios (como el hebreo, el islámico o el chino), el gregoriano es el calendario “oficial” global.
¿Por qué es tan importante?
Además de organizar nuestras vidas, el calendario gregoriano es fundamental para que funcionen muchas cosas modernas: los relojes, los horarios de vuelos, las computadoras, los calendarios escolares y hasta los contratos legales. También permite sincronizar eventos en distintos países y regiones del mundo.
Este sistema, que lleva más de 440 años en uso, es un ejemplo de cómo una herramienta inventada hace siglos sigue marcando el ritmo de nuestras vidas todos los días.