Cuando hablamos de un ecosistema, estamos hablando de un “gran equipo” formado por seres vivos y el lugar donde viven. Todos los elementos que forman parte de un ecosistema están conectados entre sí: los animales, las plantas, el suelo, el aire, el agua y hasta el sol. Y lo más importante: trabajan en equilibrio para que todos puedan vivir.
¿Qué es un ecosistema?
Un ecosistema es un conjunto de seres vivos —como animales, plantas, hongos y microorganismos— que conviven en un mismo ambiente y se relacionan entre sí y con los elementos no vivos del lugar, como el agua, el suelo, el aire o la temperatura.
Por ejemplo, un bosque es un ecosistema porque en él hay árboles, arbustos, insectos, aves, hongos y más. Todos ellos dependen unos de otros para vivir. Las plantas necesitan del sol, los animales se alimentan de otras especies, y los hongos ayudan a descomponer lo que cae al suelo.
Estos sistemas pueden ser muy grandes (como el océano) o muy pequeños (como un charco). Pero todos funcionan como una red de relaciones que mantiene la vida.
¿Qué tipos de ecosistemas existen?
Los ecosistemas se pueden clasificar de muchas maneras, pero una de las más comunes los divide según el tipo de ambiente:
- Ecosistemas terrestres: como los bosques, selvas, desiertos y praderas.
- Ecosistemas acuáticos: como los ríos, lagos, mares y océanos.
- Ecosistemas mixtos o de transición: como los humedales, donde el agua y la tierra se combinan.
Todos los ecosistemas, sin importar su tamaño o ubicación, cumplen un rol fundamental en el equilibrio del planeta.
Ejemplos de ecosistemas
Algunos ejemplos de ecosistemas que podés encontrar en la naturaleza son:
- La selva misionera (en Argentina), donde conviven especies como el yaguareté, la rana arbórea y el árbol de lapacho.
- El mar patagónico, hogar de ballenas, pingüinos, algas y moluscos.
- Un desierto, como el de Atacama, con suelos secos, cactus y animales adaptados a la escasez de agua.
- Una laguna, que alberga peces, ranas, aves acuáticas y plantas flotantes.
Todos estos ejemplos muestran que un ecosistema puede encontrarse tanto en la ciudad como en la naturaleza, siempre que haya vida y relaciones entre los seres que lo habitan.
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¿Por qué los ecosistemas son tan importantes?
Los ecosistemas no solo son lugares donde viven las plantas y los animales. También son esenciales para que exista la vida tal como la conocemos.
Gracias a ellos, tenemos aire puro, agua limpia, alimentos y materias primas. Los ecosistemas regulan el clima, ayudan a controlar enfermedades y permiten que los nutrientes circulen por el planeta.
Cuando un ecosistema se daña, su equilibrio se rompe, y eso puede afectar a muchas especies, incluyendo a los seres humanos. Por eso es tan importante cuidarlos y aprender sobre ellos.
¿Qué podemos hacer para proteger cada ecosistema?
Aunque parezca que los ecosistemas están lejos, todos podemos hacer algo para protegerlos. Algunas ideas son:
- No tirar basura en la naturaleza.
- Usar menos plásticos.
- Plantar árboles nativos.
- Cuidar el agua y no desperdiciarla.
- Aprender más sobre el ambiente y compartir lo que sabemos.
Cada pequeña acción suma y puede ayudar a que los ecosistemas sigan funcionando bien para todos los seres vivos del planeta.