Cuando hablamos de la Revolución de Mayo y la Buenos Aires de 1810, es común imaginar una ciudad colonial marcada por los ideales de libertad y los debates políticos. Pero, además de la historia oficial, ese mismo escenario también fue el origen de leyendas que mezclan misterio, miedo y superstición. Entre calles de tierra y casas coloniales, los relatos populares circularon de boca en boca durante generaciones.
La Cueva de los Espíritus, la leyenda terrorífica de la época de la Revolución de Mayo
Una de esas leyendas es la de la Cueva de los Espíritus, una historia de terror ambientada en pleno corazón de la ciudad revolucionaria. En medio de un contexto de tensiones políticas y sociales, los vecinos aseguraban que, debajo de sus pies, algo extraño sucedía. ¿Qué secretos ocultaba la Buenos Aires de 1810? ¿Y por qué esta leyenda perdura hasta hoy?
Cuando los demonios vivían junto a la Plaza de Mayo
Cuando Juan de Garay dividió las tierras de Buenos Aires, reservó para él un solar frente a la Plaza. Pero nunca lo ocupó. Después vinieron los jesuitas y allí establecieron... ¡un cementerio! ¿Quién querría vivir luego en ese lugar? Así, mientras se construía en otras partes, ese sector permaneció vacío. De vez en cuando dormían allí algunos vagos y pordioseros, que se aprovechaban de la leyenda y asaltaban a los aterrorizados paseantes.
Como el terreno era bastante irregular, con fosas y elevaciones, le decían “salamanca”. ¿Qué era eso? Así le decían entonces los españoles a las cuevas que, creían, estaban habitadas por demonios. Y no solo eso: suponían que allí se realizaban ceremonias, danzas macabras, aquelarres de brujas. Para colmo la Plaza –no solo ese sector– carecía de iluminación nocturna, lo que lo hacía más tenebroso.
Estaba maldito desde antes de la Revolución de Mayo
En ese mismo lugar se quiso construir, a comienzos de 1800, un teatro. Pero solo se pusieron los andamios. Que, para colmo, un día se incendiaron. El terreno siguió vacío hasta 1857, cuando se inauguró el primer Teatro Colón.

Una historia de bandoleros
En ese mismo lugar sitúa la novela Juan Cuello el escritor Eduardo Gutiérrez. ¿Quién era Juan Cuello? Un bandolero. Sucede que ese sitio, por ser oscuro y despertar tanto miedo, servía también como escondite de muchos asaltantes.