El General José de San Martín, además de un brillante estratega militar, era también un artista aficionado. Este aspecto de su vida nunca fue tan conocida. Como parte de esa faceta artística, San Martín realizaba croquis de batallas.
El Combate de San Lorenzo
El 3 de febrero de 1813 los granaderos tuvieron su bautismo de fuego en la localidad santafesina de San Lorenzo, cerca del convento de San Carlos. San Martín había sido advertido de un probable desembarco realista en la zona. El terreno que separaba al monasterio del río era una planicie perfecta para una carga de caballería.
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Una vez producido el desembarco, los granaderos, divididos en dos columnas, se precipitaron sobre el enemigo provocando la inmediata huida. Las naves se alejaron rapidamente, lo que permitió recoger dos cañones, 40 fusiles, cuatro bayonetas y una bandera. La acción duró apenas 15 minutos, pero tuvo importantes consecuencias: no hubo nuevas incursiones realistas en el Litoral y sus barcos quedaron inactivos desde entonces.
San Martín y el croquis del combate
Desde joven San Martín fue aficionada a la acuarela y realizó este croquis con los detalles del enfrentamiento. La pieza fue donada al Museo Mitre por Josefa Dominga Balcarce, la nieta del Padre de la Patria.