Se inauguró en 1899 como un orfanato de niñas irlandesas y, con el paso de los años, se convirtió en un colegio llamado Instituto Santa Brígida.
En el corazón del barrio porteño de Caballito, sobre la avenida Gaona, hay un enorme edificio que luce una arquitectura muy especial y es identificado como un castillo irlandés de 124 años.
Su construcción data de 1899 y se diseñó con el objetivo de brindarle un espacio a niñas huérfanas oriundas de Irlanda, que llegaron a Buenos Aires durante las últimas décadas del siglo XIX.
Y, aunque se ha convertido en un colegio, la estructura no sufrió grandes modificaciones y su fachada se mantiene intacta, gracias a un trabajo especial de revoque.
El castillo irlandés de Caballito, emplazado en un terreno de 90.000 metros cuadrados que se ubica frente a la Plaza Irlanda, es una construcción de 124 años que se ha convertido en un emblema del barrio.
En sus comienzos, durante los últimos meses del siglo XIX, el establecimiento cumplió la función de ser un gran orfanato que albergó un total de 130 niñas, oriundas de Irlanda, Escocia e Inglaterra, y siete monjas.
Pero, debido a su popularidad, el número de residentes se incrementó con el paso de los años, en 1913 se inauguró una gran capilla en el predio y, finalmente, la institución ganó relevancia.
Sin embargo, en 1979 el edificio se transformó en un colegio de alumnas pupilas, oriundas de Irlanda, que permanecían durante largos periodos en el lugar ya que sus padres vivían en el campo.
Y, por último, en 2000 este castillo irlandés de Caballito se convirtió en el Instituto Santa Brígida, donde se brinda una educación mixta en 72 aulas, a más de 1.500 alumnos.
Además de los cambios internos de la institución, el castillo irlandés de Caballito está repleto de curiosidades dignas de analizar, que inevitablemente permanecen vinculadas a su historia.
Por lo tanto, a pesar de que tiene más de un siglo de existencia, esta enorme construcción ubicada en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es llamativa porque:
El castillo irlandés de Caballito es una construcción de estilo inglés tudor-isabelino, que se diseñó a partir de los planos de los arquitectos Inglis y Thomas.
Pero, además de los profesionales mencionados, la construcción de esta fortaleza contó con la intervención de otros equipos de trabajo y ese es uno de los motivos por los cuales se mantiene en perfecto estado de conservación.
Según los historiadores, las tareas de albañilería estuvieron a cargo de la firma “Maracini”, “El Fénix” se encargó de las labores de carpintería y” J.G. Killey” diseñó el sistema de cloacas.
Por último, otra de las razones por la cual esta institución se mantiene intacta es el trabajo realizado en su fachada. Esta permanece cubierta con un revoque compuesto de tres partes de arena oriental, que le entregan una terminación sólida y duradera.
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