De todas las estaciones ferroviarias que tuvo la Ciudad de Buenos Aires, una de las más recordadas por su historia y ubicación es Tres Esquinas: una parada intermedia del Ferrocarril Buenos Aires al Puerto de Ensenada.
El edificio, que se inauguró durante las últimas décadas del siglo XIX, recibía trenes de carga y pasajeros a toda hora. Pero, tras la ampliación de una terminal de trenes mucho más grande, emplazada en las cercanías, esta cerró hace 113 años.
Sin embargo, la conservación de su edificio principal hasta mediados del siglo XX y el crecimiento demográfico que se produjo en las inmediaciones de la estación, permitieron que Tres Esquinas permanezca como un ícono desaparecido del barrio de Barracas.
¿Cuál es la historia de la estación Tres Esquinas?
La estación Tres Esquinas abrió sus puertas el 1 de septiembre de 1865, dentro del ferrocarril ya mencionado. Aunque, desde 1898 integró el sistema del Ferrocarril del Sud.
Gracias a su emplazamiento, a metros del famoso “Riachuelo”, en el límite entre la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, miles de trenes frecuentaron sus instalaciones durante décadas.
Además, como suele ocurrir con la mayoría de las estaciones, alrededor de Tres Esquinas se formó una gran urbanización, que sobrevive hasta la actualidad, dentro de Barracas.
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Y, al conversar con los vecinos más longevos, rápidamente es posible entender que Tres Esquinas tenía este nombre por su ubicación, con un cruce de tres puntos diagramado por el encuentro de la Avenida Montes de Oca con la Avenida Osvaldo Cruz y el Riachuelo.
¿Por qué cerró la estación Tres Esquinas?
45 años después de su apertura, la estación Tres Esquinas de Buenos Aires anunció que dejaría de prestar servicios de pasajeros, como consecuencia de la ampliación de la estación Constitución.
En otras palabras, durante los primeros años del siglo XX se decidió concentrar en esta terminal central a todos los ramales ferroviarios con recorridos hacia el sur. Por lo tanto, aquellas estaciones más pequeñas ubicadas en las inmediaciones, quedarían en desuso.
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Entonces, luego de 1910, Tres Esquinas perdió una parte importante de su movimiento, que cesó por completo luego de 1955, cuando se autorizó la demolición de su estructura.
Pero, por fortuna, la importancia que sus instalaciones tuvieron para el barrio, implicó que su nombre haya perdurado en los carteles de un bar y hasta en una pieza musical.
¿Qué tango inmortalizó al edificio ferroviario?
Quienes visiten la intersección de las avenidas Montes de Oca y Osvaldo Cruz en la actualidad, podrán observar un amplio cruce de calles, rodeado de edificios y algunos comercios.
Pero, aunque no hay rastros de lo que fue la estación Tres Esquinas, aún es posible imaginar cómo era gracias al tango homónimo, de Ángel D'Agostino y Ángel Vargas.
