Los alimentos son la fuente de combustible del cuerpo humano, ya que proveen los nutrientes que brindan a las células la energía y las sustancias que necesitan para funcionar. Por eso es tan importante una buena alimentación, sobre todo durante los primeros años de vida. Una buena nutrición y una dieta balanceada ayudan a que los niños y niñas crezcan saludables. Comer frutas y verduras todos los días es un ejemplo de una buena alimentación. Otras comidas saludables son el yogurt, los tallos de apio o las galletas integrales con queso. A la hora del almuerzo o de la cena es bueno consumir carnes desgrasadas y otras fuentes de proteína, como el pescado, los huevos y las frutas secas. En cuanto al pan, los más recomendables son los integrales, para ingerir una mayor cantidad de fibra. Por último, hay que limitar el consumo de grasa, evitar las comidas fritas y cocinar los alimentos en el horno, en la parrilla o al vapor. En cuanto a los productos lácteos, algunos profesionales sugieren inclinarse por los que tienen bajo contenido graso o son descremados.

Las calorías

La caloría es una unidad de medida de la energía de los alimentos, que se usa para balancear una dieta. De esta manera, se asigna un valor a cada alimento. Por ejemplo, las nueces tienen muchas calorías y el apio muy pocas. Que un alimento tenga calorías no es malo y, de hecho, debe tenerlas. Lo importante es que posea valores nutritivos que ayuden al desarrollo físico y a mantener saludable al organismo. 

La celiaquía 

No todos los alimentos son buenos para todos. Aquellas personas que sufren la enfermedad de celiaquía, por ejemplo, no pueden alimentarse con trigo, cebada, centeno ni avena. Esto se debe a que no toleran el gluten, una sustancia presente en esos cereales. Muchas personas padecen esta enfermedad sin saberlo, lo que es muy peligroso.

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