Una buena actitud

A veces vemos en la tele o en las redes sociales que realizan un “llamado a la solidaridad”. O tal vez escuchamos a alguien pidiendo “solidaridad para los damnificados” por algún desastre. Pero ¿qué significa esta palabra que tanto se pronuncia? Es una actitud, un sentimiento que nos impulsa a sentirnos unidos con las demás personas y cooperar con ellas.

Pensar en el otro

La solidaridad implica que uno pueda sentir y ponerse en el lugar del otro, pero también hacer algo. Por ejemplo, si un amigo del cole falta muchos días y vamos hasta la casa para ver cómo anda, estamos siendo solidarios. Nos ponemos en su lugar y nos damos cuenta de qué necesita y cómo lo podemos ayudar.

Primero en casa

En cada momento de nuestro día tenemos actitudes solidarias. Por ejemplo, cuando en casa trabajamos un poquito cada uno para que todo funcione, o cuando ayudamos a nuestros hermanos con la tarea. Al ser solidarios, no sólo hacemos que el otro esté mejor: también nos sentimos mejor con nosotros mismos.

Entre todos

Ser solidario es comprometerse por el bien común y colaborar con los demás. En nuestro barrio, por ejemplo, podemos actuar de manera solidaria sacando la basura en el horario que corresponde, no ensuciando las veredas ni las calles, juntándonos con otros para arreglar la plaza o dándoles una mano a las personas mayores que viven solas.

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