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¿Sabías que San Martín cruzó los Andes con asma?

San Martín Cruce de los Andes
Asma fue tan solo una de las enfermedades que padeció el libertador insigne, y que no le impidieron cruzar los Andes para liberar a Chile.
Personas
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Cuando José de San Martín cruzó la Cordillera de los Andes, poco le importaban al militar y político argentino sus diagnósticos de salud. Lo importante era liberar a Chile y Perú del Imperio español, y a eso se dedicó desde que puso un pie en la base de la cordillera.

Mucho se sabe hoy sobre los problemas de salud de San Martín. El general padecía de distintas enfermedades y afecciones, entre las que estaban:

  • Respiratorias, como el asma.
  • Del aparato digestivo, como úlcera, gastritis, hemorroides y estreñimiento.
  • Reumatismo.
San Martín Cruce de los Andes

La que más llama la atención de todas ellas es el asma, una enfermedad crónica que provoca que las vías respiratorias de los pulmones se hinchen y se estrechen. El viaje no era nada sencillo, y las condiciones geográficas y climáticas menos, pero aún así consiguió atravesar los Andes.

¿Desde cuándo padecía asma San Martín?

José Francisco de San Martín nació en Yapeyú, actual provincia de Corrientes, el 25 de febrero de 1778. Hijo de del capitán don Juan de San Martín y de doña Gregoria Matorras del Ser, se mudó a España con su familia en 1784.

A lo largo de su vida, desde que se incorporó joven como cadete al Regimiento de Murcia (del arma de infantería), sufrió de traumatismos y enfermedades. Se cree que el asma comenzó cuando aún estaba en España, en 1808, a sus 30 años, según cuenta el Instituto Sanmartiniano.

La larga vida de don José

José de San Martín Los Andes

En aquel entonces, cuando la enfermedad se disparó, San Martín se corrió de las actividades militares y realizó tareas administrativas durante seis meses. Luego se reincorporó al ejército del que formaba parte, comandado por el general Castaños.

En Argentina, el primer acceso de asma lo tuvo en Tucumán, cuando ya era jefe del Ejército Norte. Tanto en Europa como en Sudamérica, se sabe que el general dormía sentado debido a la enfermedad. Pero lo que aún sorprende del general son dos cosas.

La primera, que incluso soportando cambios de temperatura, baja presión atmosférica y fríos intensos, nunca padeció de bronquitis. La segunda, que pese a todos sus problemas de salud, murió el 17 de agosto de 1850 a la edad de 72 años, algo atípico para la época.

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