Científicos y científicas del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de nuestro país, están cerca de poner a disposición las primeras papas genéticamente modificadas de América Latina.
¿Qué es el INTA? El INTA es la entidad pública encargada de realizar y centralizar la investigación agrícola en Argentina. Contribuye al desarrollo sostenible del sector agropecuario, agroalimentario y agroindustrial a través del conocimiento y la innovación. En esta ocasión, las que atravesaron cambios fueron las papas.
Objetivo del INTA y su proyecto con papas
El desarrollo tenía como objetivo desactivar el gen que hace que la papa se oscurezca después de ser cortada, pelada o golpeada durante el proceso de cosecha y transporte. Este rasgo, conocido como pardeamiento enzimático, ocurre debido a la oxidación de la papa.
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El oscurecimiento de ciertas partes del tubérculo tiene múltiples consecuencias negativas:
- Altera el color, sabor y textura de la papa.
- Afecta la calidad del producto y sus propiedades nutricionales.
- Provoca pérdidas millonarias a los agricultores.
- Causa el desperdicio de alimentos en supermercados y casas particulares, cuando los consumidores desechan el producto por su mal aspecto.
Cómo fue la experimentación y su aprobación
A través de una revolucionaria técnica de edición genética llamada CRISPR-Cas9, en el marco de la tesis doctoral del Dr. Matías González desarrollada en el Laboratorio de Agrobiotecnología de la Estación Experimental Agrícola (INTA) de Balcarce, codirigida por el Dr. Sergio Feingold y la Dra. Gabriela Massa, se logró desactivar el gen que codifica la expresión de las enzimas polifenol oxidasa, responsables de los moretones en las papas.
En las pruebas realizadas demostraron que las láminas de papa genéticamente modificada pueden pasar hasta 48 horas expuestas al aire sin oscurecerse. En papas normales, el color marrón oscuro aparece en cuestión de minutos.
La papa modificada ya fue sometida a la Instancia de Consulta Previa ante la autoridad regulatoria de nuestro país. Se concluyó que el producto se considera convencional porque no tiene genes de otros organismos, lo que significa que la papa no está obligada a seguir el marco regulatorio designado para cultivos transgénicos.
Argentina y las papas, un solo corazón
Argentina es un foco importante de diversidad genética de papas. Muchas especies silvestres y nativas crecen naturalmente en nuestras tierras, lo que crea un enorme reservorio genético que puede ser analizado para encontrar fuentes de tolerancia a los factores que dañan las papas cultivadas.
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El país tiene una larga historia de mejoramiento genético de tubérculos, habiendo desarrollado variedades adaptadas a diferentes climas y suelos durante más de 80 años. En este contexto, el INTA juega un papel protagonista en el desarrollo de nuevas variedades.