Ubicado en la Región de Magallanes, al sur de Chile, el Parque nacional Torres del Paine es uno de los lugares más sorprendentes de América del Sur. Fue creado oficialmente en 1959 y declarado Reserva de la Biósfera por la UNESCO en 1978. Su nombre proviene de las tres impresionantes torres de granito que se elevan en su corazón: las Torres del Paine, formaciones geológicas que se alzan a más de 2.800 metros sobre el nivel del mar.
Este parque forma parte del sistema de áreas protegidas del Estado chileno y abarca una superficie de más de 1,814 kilómetros cuadrados. Su entorno está dominado por montañas, glaciares, lagos turquesa y extensos valles, lo que lo convierte en uno de los sitios favoritos de quienes aman la naturaleza, el senderismo y la fotografía de paisajes.
Flora, fauna y características del Parque nacional Torres del Paine

Además de su belleza escénica, el Parque nacional Torres del Paine es un santuario de biodiversidad. La vegetación está compuesta por más de 270 especies de plantas, entre las que se destacan arbustos resistentes como el calafate y flores coloridas como la orquídea magallánica. En los sectores más altos también crecen líquenes y musgos que soportan condiciones extremas.
Entre los animales más llamativos que habitan el parque se encuentran el guanaco, el puma, el zorro culpeo, y más de 120 especies de aves, entre las que sobresalen el cóndor andino y el flamenco austral. Todos estos seres viven en un equilibrio frágil, protegido por la legislación ambiental chilena.
Entre los accidentes geográficos más visitados están el Lago Pehoé, el Glaciar Grey, el Río Paine y los Cuernos del Paine, montañas de formas afiladas que parecen talladas a mano por la naturaleza.
¿Cómo se puede visitar este lugar y qué actividades se pueden hacer?

El Parque nacional Torres del Paine recibe anualmente a más de 250.000 visitantes de todas partes del mundo. La mejor época para visitarlo es entre octubre y abril, cuando el clima es más favorable. El acceso principal es desde la ciudad de Puerto Natales, ubicada a unos 112 kilómetros del parque, que cuenta con servicios de alojamiento, transporte y excursiones guiadas.
Dentro del parque, los visitantes pueden realizar caminatas de varios niveles de dificultad, acampar, hacer avistaje de aves y navegar por sus lagos. Uno de los recorridos más famosos es el Circuito W, una caminata de varios días que permite admirar las Torres del Paine desde distintos ángulos.