La recopilación de mapas antiguos, sumado a los estudios realizados por Rubén Medina, Licenciado en Geología de la UBA, han permitido realizar esta predicción impactante.
El Delta del Paraná es uno de los paisajes más famosos del país. Y, si bien es un punto turístico por excelencia, pocas personas saben que esta gran masa de sedimentos acumulados está en constante movimiento.
El Licenciado en Geología de la Universidad de Buenos Aires Rubén Medina, en diálogo exclusivo con Billiken, destacó que “desde 1775 al 2015, el delta incrementó su área a una tasa media de alrededor de 270 hectáreas por año”. Por lo tanto, hace tres siglos la distancia entre la joven Ciudad de Buenos Aires y esta región era mucho mayor que la actual.
Entonces, gracias a la recopilación de mapas antiguos y los recientes estudios realizados por Medina, todo indicaría que el delta avanzará por el Río de la Plata hasta llegar a la zona que actualmente ocupa el Aeroparque de la Ciudad de Buenos Aires en aproximadamente 200 años.
Si bien el movimiento es imperceptible, el Delta del Paraná se desplaza a diario. Pero, antes de entrar en detalles sobre cuántos metros avanza por año y qué sucederá en el futuro, es importante comprender por qué se produce este fenómeno.
Según Rubén Medina, que también se destaca como Licenciado en Geografía de la UBA, “un delta es un cuerpo de forma aproximadamente triangular originado por un río que, al desembocar en un mar, lago o estuario, deposita allí parte de la carga sedimentaria que transporta”.
De todas formas, su formación “ocurre solo si el volumen de sedimentos depositados supera al movilizado por el oleaje y las mareas”. Entonces, si se cumplen las condiciones mencionadas por Medina, “se produce una acumulación de los depósitos aluviales, que avanzan sobre el cuerpo de agua receptor”. O dicho de otra manera: los sedimentos transportados por el río se van acumulando en su desembocadura pasando a ocupar el espacio que antes ocupaba el agua, gracias a la formación de nuevas islas.
Ahora bien, en el caso del Delta del Paraná, este “se origina donde el río homónimo desemboca en el estuario del Plata”.
Entonces, de esta manera cubre una superficie de alrededor de 4.000 kilómetros cuadrados y, gracias a los 160 millones de toneladas por año de sedimentos vertidos por el Paraná, su superficie se incrementa a una velocidad sorprendente.
Gracias a los registros históricos, se pudo comprobar que los primeros mapas realizados en el Río de la Plata tienen más de 500 años. Pero, los más longevos que se pudieron utilizar para comprobar el avance del delta del Paraná, fueron los que trazaron Juan de la Cruz Cano y Olmedilla en 1775 y Andrés Oyarvide, entre 1784 y 1796.
El primer estudio científico sobre el avance del frente deltaico fue llevado a cabo por el ingeniero civil Ferruccio A. Soldano en 1947, estableciendo un avance promedio de 70 metros al año para el período 1818-1947.
En el mismo estudio, Soldano estableció que el aumento de superficie no fue uniforme a lo largo de toda la extensión de la costa del delta, verificándose un crecimiento promedio máximo y mínimo de 90 y 55 metros al año durante el período 1912-1943.
Además, cabe destacar también que, en la segunda mitad del siglo XIX, se han registrado períodos de aceleramiento que elevan el promedio a 116 metros por año. Una cifra que se traduce a un avance de 239 hectáreas por año para el período 1900-2015.
Finalmente, según el Licenciado Rubén Medina, este proceso natural incrementó su velocidad durante los primeros años del siglo XXI, más precisamente “a partir del año 2005, hasta superar las 550 hectáreas en el año 2010".
Un claro ejemplo de lo mencionado es el mapa comparativo que se puede analizar a continuación:
La primera etapa del trabajo realizado por Rubén Medina tuvo lugar entre los años 2002 y 2004. Pero, debido a la magnitud de la información por analizar, su investigación se extendió durante más de una década y continúa en la actualidad.
En síntesis, su investigación se basó en comparar las dimensiones actuales del delta con las registradas en más de 45 mapas e imágenes satelitales, destacándose las de los años 1775, 1790, 1803, 1818, 1824, 1826, 1862, 1874, 1893, 1904, 1907, 1929, 1955, 1968, 1976, 1987, 2000, 2005, 2009 y 2014, entre otras.
Por lo tanto, al momento de hacer predicciones sobre cuánto avanzará el delta en los próximos siglos, Medina consideró el comportamiento que “tuvo el delta durante el período 1775-2015 y empleé las tasas medias de progradación areal de cada uno de los sectores en que se subdividió el delta para su estudio durante ese período (sectores norte, central y sur), considerando asimismo el probable avance que tendrá el cuerpo deltaico sobre el Río de la Plata en el futuro inmediato".
Entonces, luego de plasmar toda la información recopilada en la calculadora, el resultado fue que, si no surgen imprevistos, el delta podría desplazarse hasta la altura del Aeroparque de Buenos Aires en, aproximadamente, 200 años.
Si bien el Licenciado Rubén Medina lleva más de 20 años investigando el delta y trabajando en el lugar, admitió que el desplazamiento previsto para los próximos 200 años puede variar, de forma considerable, según lo que suceda con el calentamiento global y sus consecuencias.
“Desde mediados de la década del ´70, el sector norte y central de Argentina ha presentado un incremento de las precipitaciones medias anuales”, asegura Medina. Y, como consecuencia, probablemente se ha “incrementado la carga sedimentaria del río Paraná y con ello el aumento de la progradación deltaica en las últimas cuatro décadas.”
Entonces, en el caso de que durante los próximos dos siglos el promedio de precipitaciones se incremente en las áreas que más sedimentos aportan al río Paraná, es decir, el norte del país y el sur de Bolivia, el delta del Paraná podría avanzar a mayor velocidad. Pero, si el promedio disminuye, el desplazamiento sería incluso más lento que en la actualidad.
En conclusión, Medina resaltó que “hasta el momento no se ha advertido un decrecimiento en el avance del frente del delta. Por el contrario, durante los últimos 40 o 50 años se registró un incremento promedio de su superficie de 258 hectáreas por año, levemente superior al registrado en 1900-2015”.
Pero, al mismo tiempo, no descarta la posibilidad de que otros efectos del calentamiento global, más allá de la variación en el monto de las precipitaciones, tales como el incremento del nivel medio del mar, modifiquen las tendencias anteriores y, por lo tanto, retrasen o impidan la llegada del delta a las inmediaciones del Aeroparque de Buenos Aires.
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