Con trayectorias consagradas, Jorge Luis Borges y Domingo Faustino Sarmiento marcaron para siempre la historia argentina. Ambos de perfil alto y personalidad destacada, vivieron separados en el tiempo. Borges, por su parte, nació en 1899 cuando Sarmiento ya había fallecido en 1888. Sin embargo, hay una coincidencia que los une: el talento espectacular de sus hermanas que debido a sus populares carreras, tanto en la política como en la literatura, quedaron opacadas.
Se trata del caso de Norah Borges y Procesa Sarmiento, dos mujeres a la vanguardia que se convirtieron en un hito del arte y transitaron su vida con un bajo perfil.
Procesa del Carmen Sarmiento
Nació en San Juan en 1818. Hija menor del matrimonio formado por Paula Albarracín y José Clemente Sarmiento, desde pequeña mostró interés por el arte y su hermano Domingo le daba clases de dibujo y otras asignaturas.
Inició su formación en arte en el colegio Santa Rosa de San Juan, fundado por su hermano, donde estudió dibujo. Cuando Sarmiento se exilió en chile en 1843 ella lo acompañó y se instaló en la ciudad de Santiago. Allí tomó clases con el pintor francés Raymond Auguste Quinsac Monvoisin.
En el vecino país fundó, junto a su hermana Bienvenida, la escuela “San Juan y Santa María” en San Felipe de Aconcagua, institución que fue más conocida como el “Colegio de las Sarmiento”. El mismo tuvo gran trascendencia y educó a varias generaciones de niñas.
A los 32 años se casó con un ingeniero francés y tuvo dos hijas. Con él fundó un colegio en Santiago y otro en Copiapó. En la década de 1860 volvió a la Argentina, donde colaboró con su marido en su función de Jefe del Departamento General de Escuelas. Al mismo tiempo siguió pintando y enseñando.
Su obra se destacó por el retrato, entre los más famosos, se encuentran el de Manuel Montt, el del General Juan Gregorio de Las Heras, el de Juan María Gutiérrez, el de su hermano Domingo y el de Vicente Fidel López. Trabajaba con lápiz, tinta china, óleos, acuarelas e implementaba distintas técnicas. Fue profesora de dibujo y pintura en San Juan, Mendoza y Chile.
En 1882 participó en la Exposición de Pintura de Buenos Aires donde obtuvo la medalla de plata y en el Salón de Pintura de San Juan, en 1884.
Falleció en su provincia natal en el año 1899.
Norah Borges
Pocos saben que detrás del escritor de renombre Jorge Luis, se encontraba una mujer a la vanguardia: la artista plástica de la familia, Norah Borges (1901-1998). Bautizada como Leonor Fanny, vivió su carrera artística eclipsada por la trascendencia ilustre de su hermano. “En todos nuestros juegos era ella siempre el caudillo, yo el rezagado, el tímido, el sumiso. Ella subía a la azotea, trepaba a los árboles y a los cerros. Yo la seguía con menos entusiasmo que miedo”, dijo una vez el autor de El Aleph, para describir su personalidad única.
El hecho de que su hermano fuera protagonista de la escena pública, permitió a la artista e ilustradora vivir con un perfil bajo y desarrollar su arte sin exigencias ni condicionamientos.
Nació el 4 de marzo de 1901 bajo el nombre completo Leonor Fanny Borges Acevedo, en el barrio porteño de Palermo. Estudió en Suiza a causa del tratamiento que su padre realizaba allí contra la ceguera, aquella misma enfermedad que heredaría su hermano Jorge Luis.
En su juventud, Norah se instaló en España, donde se conectó con los círculos intelectuales de la vanguardia ultraísta de los años 20. El ultraísmo, movimiento literario y artístico, tenía por objetivo la renovación de los postulados literarios. Tiempo después, se convertiría en la figura femenina más relevante del ultraísmo. A lo largo de su vida exploró también el expresionismo y fue definiendo su estilo más allá de las tendencias y escuelas artísticas del siglo XX.
En constante contacto con la vida literaria de su tiempo, ilustró los primeros libros de escritores como Jorge Luis Borges, Victoria y Silvina Ocampo, Julio Cortázar, Adolfo Bioy Casares y Carmen Conde. También realizó ilustraciones para las revistas de vanguardia españolas “Grecia”, “Ultra” y “Baleares”, y fue colaboradora destacada de las publicaciones argentinas “Prisma”, “Proa”, “Martín Fierro” y “Valoraciones”, entre otras.