Si alguna vez viajaste en avión, seguramente habrás sentido que la nave caía unos metros, como si hubiera un vacío debajo de ella. Esto se debe a los famosos pozos de aire que, en realidad, no existen como tales.
Sin embargo, cuando un avión se encuentra con cambios en la intensidad del viento, o con corrientes ascendentes o descendentes, da la sensación de que vamos a caer inmediatamente.
¿Cómo se "forman" los pozos de aire?
El aire es una mezcla homogénea de gases y, al igual que el agua, es un fluido que tiene cierta densidad y cierta masa, ocupando un espacio determinado. Por acción de la gravedad, esta mezcla de gases permanece en la atmósfera terrestre.
Cuando la presión atmosférica cambia, se produce el movimiento del aire, que se convierte en lo que ya conocemos: el viento. Y es en esa atmósfera cambiante en la que se desplaza un avión, que a pesar de lo que pueda creerse, es el transporte más seguro jamás inventado por la humanidad.
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Entonces, los aviones se sostienen a partir de la velocidad que adquieran en la masa de aire, que suele ser de 900 km/h. Así, cuando hay cambios en el aire a partir de las corrientes de viento, esa velocidad se ve alterada.
Esto hace que el avión pierda ese sustento que tenía y entre en un "pozo de aire" que, en realidad, no existe como tal. Y es que, efectivamente, el avión puede caer varios metros, dando la sensación de caída dentro de un pozo.
¿Cuántos metros pueden caer los aviones en los "pozos de aire"?
Lo que se reporta año a año desde las distintas empresas de aviación, es que los aviones caen en los supuestos "pozos de aire" durante algunos segundos y no por más de 100 metros.
Sin embargo, puede ocurrir que, por diversas cuestiones, se pierda el control del avión por tiempo más prolongado. Tal fue el último caso conocido, el del vuelo que iba de Londres a Singapur, que cayó casi 2.000 metros en cuatro minutos.
¿Por qué las nubes cumulonimbus son las más temidas por los pilotos de avión?
En la atmósfera existen distintas corrientes de aire, como mencionamos, pero también distintos tipos de nube producto de la condensación del agua que se evapora de los océanos. La más temida por los pilotos de avión es la cumulonimbus, que se caracteriza por:
- Tener un desarrollo vertical, una gran altura y un enorme tamaño.
- Tener forma de yunque, por su propio proceso de formación.
- Producir fuertes tormentas eléctricas, diluvios, granizo y hasta tornados.
- Desarrollarse rápidamente a partir de corrientes ascendentes de aire cálido.
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Así, como las cumulonimbus pueden producir fenómenos meteorológicos peligrosos para el ser humano, siempre son esquivadas por los pilotos de avión. Además, reducen la velocidad y propician la sensación que produce el "caer" en un pozo de aire.