Italia no solo guarda monumentos históricos y ciudades medievales: también protege grandes áreas de naturaleza virgen. Tal es el caso del Parque nacional de los Abruzos, Lacio y Molise, el más antiguo de Italia, fundado oficialmente en 1923.
Este parque se extiende por más de 50.000 hectáreas entre tres regiones del centro de Italia: Abruzos, Lacio y Molise. Su objetivo, desde su origen, fue claro: conservar la biodiversidad local y proteger especies amenazadas, como el oso pardo marsicano, símbolo de este entorno natural.
Además de su valor ecológico, el parque guarda una profunda conexión con la historia local. Dentro de su territorio existen aldeas medievales que aún conservan su arquitectura original, como Pescasseroli y Opi, consideradas entre los pueblos más bellos del país.
Características del parque más antiguo de Italia

El Parque nacional de los Abruzos, Lacio y Molise destaca por su gran variedad de paisajes montañosos, valles, ríos, lagos y bosques. La cordillera de los Apeninos domina el territorio, con cumbres que superan los 2.000 metros de altura y permiten la práctica de senderismo, esquí y otras actividades al aire libre.
Dentro del parque viven más de 60 especies de mamíferos, 300 tipos de aves y múltiples especies endémicas. Entre los animales más emblemáticos, se destacan:
- Oso pardo marsicano (Ursus arctos marsicanus), en peligro de extinción.
- Lobo apenínico, especie protegida por programas de conservación.
- Gato montés, ciervos, corzos, jabalíes y zorros.
La vegetación del parque también es diversa: predominan los bosques de hayas, robles, abetos y especies aromáticas autóctonas. Además, hay zonas con pastizales alpinos y humedales que funcionan como hábitat clave para muchas aves migratorias.
Turismo y conservación en un entorno único

El Parque nacional de los Abruzos, Lacio y Molise es uno de los destinos naturales más visitados del país. Cada año, más de 500.000 personas recorren sus senderos, visitan los centros de interpretación y se alojan en las pequeñas localidades que conviven con el paisaje.
Para preservar su biodiversidad, el parque cuenta con áreas de acceso restringido, guardaparques especializados y programas educativos. También se llevan adelante proyectos científicos para seguir protegiendo a las especies más frágiles del ecosistema.
Actualmente, el parque es un ejemplo de conservación activa y turismo sostenible en Europa, y forma parte de la red internacional de Reservas de la Biosfera.