Se encuentra al noroeste del país, es reconocido como reserva natural desde 1927 y cubre una superficie de 723,4 kilómetros cuadrados.
Debido al tamaño de la isla, la historia de su capital y los inusuales paisajes que tiene, está claro que Madagascar es una nación muy llamativa. Pero, además de los puntos mencionados, también hay que darle mérito a las montañas filosas que se conservan en su parque nacional Tsingy de Bemaraha.
Estas curiosas elevaciones, que adquirieron su estilo de forma natural, dentro de un proceso que duró millones de años, fueron reconocidas como un Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Y, aunque permanecen en una zona del país que carece de vías de acceso en buen estado, con el correr de los años se han convertido en una atracción turística muy popular.
A través de una serie de estudios realizados en las últimas décadas, se confirmó que el aspecto de las montañas filosas de Bemaraha es consecuencia de la antigüedad y de los fenómenos de la naturaleza que impactaron sobre ellas.
En simples palabras, estas pequeñas elevaciones de piedra caliza se formaron durante los movimientos de placas tectónicas que desencadenaron, hace 160 millones de años, la formación de la isla, posterior a la separación del continente.
Sin embargo, en aquel momento, los tsingy (como se conocen a las montañas), tenían un aspecto tradicional, sin fisuras ni picos refinados. Estas características las obtuvieron durante los siguientes años por influencia de:
Aunque el parque nacional Tsingy de Bemaraha cubre 723,4 kilómetros cuadrados y se estableció el 1 de agosto de 1997, todo este sector es considerado una reserva natural desde 1927.
Hoy en día el parque convive con la reserva y comparten paisajes similares, sobre el margen del río Manambolo que atraviesa la región.
Y, aunque desde hace un siglo recibe a expertos de todo el mundo, que llegan para estudiar la flora y fauna local, el parque nacional tomó relevancia turística luego de 1990, cuando adquirió el título de “patrimonio cultural mundial”.
El parque nacional Tsingy de Bemaraha es una zona muy cuidada por las autoridades de Madagascar, ya que, además de sus montañas, divididas en los sectores de Gran Tsingy y Pequeño Tsingy, también es el hogar de múltiples especies.
Entonces, aunque está muy cerca de la ciudad de Bekopaka y recibe un gran caudal de viajeros cada año, este enorme predio tiene relevancia por ser el hábitat natural de 650 especies de plantas y 376 especies de animales.
En algunos casos, los ejemplares son endémicos y muy pocos frecuentes en otros sectores de la isla, porque no suelen alejarse de las guaridas pequeñas que construyen en los huecos de las montañas.
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