Entre 1831 y 1854, los franceses fueron la tercera comunidad de inmigrantes más grande que arribó a Argentina. Ya para principios del siglo XX, se estima que en territorio argentino vivían unos 80 mil franceses.
En un principio, los primeros en desembarcar fueron hombres jóvenes provenientes, en su mayoría, del sur de Francia. Uno de los principales motivos por los cuales arribaron a nuestro país tenía que ver con la posibilidad de obtener una tierra propia. Con los años, también llegaron sus esposas e hijos.
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Gran parte de ellos se radicaron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, más precisamente en los barrios de San Nicolás, Belgrano y Palermo. También en el interior del país, en provincias como Chaco y Misiones.
Sin embargo, el estallido de la Primera Guerra Mundial terminó con este crecimiento porque muchos de los que estaban radicados en Argentina decidieron regresar a Europa para pelear por su patria. En el censo 2010, se registraron 6995 franceses en territorio argentino.
El aporte científico, arquitectónico y cultural de esta comunidad fue muy fuerte. Dos de los cinco premios Nobel que tiene Argentina están emparentados con Francia: Bernardo Houssay, Nobel de Medicina en 1947 era descendiente de franceses y, Luis Federico Leloir, ganador del Nobel de Química en 1970, era francés.
Entre las personalidades destacadas que llegaron desde Francia se encuentran Berthe Gardes, la madre de Carlos Gardel e Hipólito Bouchard, un militar que luchó por nuestra independencia.
Además, Argentina se inspiró en el Conseil National pour la Récherche Scientifique para crear en 1958 el CONICET.
